Esta semana la ministra Isabel Celáa ha inaugurado en el Aula Magna del Ministerio de Educación y Formación Profesional una exposición fotográfica que recoge la evolución y los avances en materia de enseñanza en estos cuarenta años de democracia desde que se aprobó la Constitución española hasta la actualidad.
Al evento han acudido todos los exministros de Educación: Íñigo Méndez de Vigo, José Ignacio Wert, Ángel Gabilondo, Mercedes Cabrera, Gustavo Suárez Pertierra y José María Maravall.
La primera ley que se aprobó en democracia fue la Ley General de Educación (1970) más conocida como Educación General Básica que supuso un aumento de la escolarización. Estoy orgullosa de decir que pertenezco a la generación de los que estudiamos EGB. Es una marca de fábrica.
Con la LOGSE se implantó la educación obligatoria y gratuita hasta los 16 años y la transferencia a las comunidades autónomas de las competencias en materia de educación más conocida como ESO.
Por último, los últimos ocho años hacen referencia a la educación inclusiva y la atención a la diversidad, años marcados por la crisis económica y la aprobación de la polémica Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) popularmente conocida como ley Wert que pretendía volver a implantar la «reválida«. Esto es que los alumnos al finalizar la ESO y el bachillerato realicen un examen en un centro extrerno.
Esta exposición se puede ver en el Ministerio de Educación y Formación Profesional hasta el próximo domingo 9 de diciembre en horario ininterrumpido de 10 a 20 horas. Se entra por la calle Alcalá 34.
Este martes 4 de diciembre ha tenido lugar en el Aula Magna del Ministerio un evento, al que han acudido niñ@s de colegios de todo el país, para conmemorar cuarenta años de educación en democracia.
El acto conducido por una trabajadora de las palabras, maestra y bibliotecaria que ha recordado como, antes de ser aprobada la Constitución de 1978, los niños estudiaban en aulas separadas de las niñas.
Recuerdo que, cuando tenía 11 años, en el colegio público al que acudía hicieron las clases mixtas. La «señorita» Filo, con la que estudié desde los 8 hasta los 11 años, nos colocó por parejas en los pupitres. A mí me puso al lado de Víctor. Todavía me acuerdo de él. Era amigo del hijo del director del colegio y, siempre me decía:
-Maribel, ponte con Rosa para que el hijo del director se ponga conmigo.
Finalmente, la «señorita» Filo nos volvía a cambiar de lugar. Actualmente, llamar «señorita» o «seño» a la profesora se consideraría despectivo y sexista.
Los niños jugaban con los niños y las niñas con las niñas.
Algunos de los padres de la Constitución ya forman parte de la historia como Adolfo Suárez, la Pasionaria, Rafael Alberti, Santiago Carrillo o Manuel Fraga. Otros hemos crecido con la Constitución y la democracia.
En la actualidad, el debate es si debe reformarse nuestra Carta Magna. El periodista Alex Grijelmo asevera que el texto debería reformarse por sexista lo cual no cambiaría el significado de sus artículos. En sus cuarenta años, la única crítica que ha recibido la Constitución por discriminación a la mujer es en la sucesión a la Corona pero da la casualidad de que los reyes sólo han tenido hijas lo que allana el camino a la reforma si se quiere seguir manteniendo una monarquía parlamentaria.
En 1977 el poeta Vicente Aleixandre, autor de «Espadas como labios» gana el premio Nobel de literatura. Pedro Almodóvar, padre de la Movida madrileña en los años 80, produce un documental sobre las víctimas del franquismo «El silencio de los otros» cuarenta años después.
A la vez que una novela sobre las víctimas de ETA, «Patria» de Fernando Aramburu, arrasa en las librerías.
Cuando se votó la Constitución, sólo faltaban unos días para el estreno de «Superman«, el héroe que se convirtió en leyenda.
En el colegio repartían ejemplares de la Constitución y se estudiaban sus artículos. Era y es materia obligatoria para opositar a cualquier puesto de funcionario del Estado.
La Constitución ha llegado a su madurez pero, ¿cómo va a superar la crisis de los cuarenta? Para los más pequeños, la Constitución sólo es un puente.
Se respiraban tiempos de cambio, como cantaba Bob Dylan: «The times they are a changin«, y aires de libertad como cantaban Víctor Manuel y Ana Belén en «La puerta de Alcalá».
El pasado ya está escrito. El futuro es el presente que está por escribirse.

