CUARENTA ANIVERSARIO DEL SÍNDROME TÓXICO

Se cumplen 40 años del envenenamiento máximo que hubo en mayo de 1981 por aceite adulterado de colza. Fue la primera enfermedad rara degenerativa en España. El 1 de mayo de 1981 moría el primer afectado, un niño de 8 años de Torrejón de Ardoz (Madrid).

«Queremos estar en los libros de historia porque el mayor dolor es el abandono y el olvido» -dijo Carmen Cortés, Coordinadora de la Plataforma Seguimos Viviendo, en «La Hora de la 1″ programa de RTVE el pasado viernes -lo que nos envenenó no fue el aceite de colza que es buenísimo, sino el aceite adulterado con anilinas». Además anunció que los afectados van a “iniciar un procedimiento judicial internacional por todas las irregularidades” que se han cometido con ellos en España.

En la primavera de 1981, llegaron los primeros ingresos a los hospitales de Madrid, Castilla y León y Castilla La Mancha. Se desbordó el sistema sanitario ante el desconcierto de los médicos que no sabían a qué se debían tantos ingresos y tantas muertes. Se trató como una neumonía atípica. Entre ellos, mi hermano mayor.

Era una enfermedad que afectaba a todos los órganos pero no a todos por igual. En mi casa lo consumimos mi madre, mi hermano y yo pero sólo le afectó a él. Los médicos decían que tenía mucho que ver la carga genética.

Al principio, decían que era contagioso. Que venía producido por los pájaros, las fresas o los tomates. Lo tuvieron aislado más de quince días en el hospital madrileño de La Paz. Teníamos que verlo entre cristales. Creíamos que se moría. Le pilló en plena juventud. Yo tenía sólo trece años.

Lo comercializaban clandestinamente como aceite de oliva por las casas en bidones de plástico. Esta enfermedad no afectó a los ricos porque las clases más bajas del cinturón obrero de Madrid lo compraban porque era más barato.

A día de hoy, mi hermano lo puede contar. Pero hay muchos afectados que ya no lo cuentan y otros que han quedado incapacitados para trabajar y hacer una vida normal. La pandemia que estamos viviendo por el covid les ha hecho recordar lo que vivieron ellos hace 40 años.

Las cifras de afectados ascendieron a 30.000 y 5.000 fallecidos. No se conocía ningún tratamiento. El único era Urbasón que es un antiinflamatorio que se utiliza para sustancias que producen inflamación o alergia. En el caso de mi hermano porque tenía más leucocitos de lo normal.

Hasta el 12 de junio no se destapó que el aceite de colza adulterado para uso industrial y comercializado de forma clandestina era el causante del envenenamiento masivo que se había diagnosticado como legionela o neumonía atípica. Entre sus componentes encontraron anilina.

En 1989 terminó el primero de los dos juicios en el que se condenó a 13 de los 38 aceiteros que estaban relacionados con el envenenamiento. Solo dos fueron condenados a pasar más de una década en prisión, el industrial Juan Miguel Bengoechea, propietario de la empresa RAPSA, y Ramón Ferrero, de la firma RAELSA.

En 1997 el Tribunal Supremo condenó a dos funcionarios por autorizar el uso de anilinas para adulterar aceite industrial y no evitar que se destinara a consumo humano y al Estado como responsable civil subsidiario.

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