El ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, me sorprendió viendo el Telediario mientras comía. No sé como no se me indigestó la comida. No sabía si lo que estaban viendo mis ojos era realidad o ficción. Sólo sé que ese día marcó un antes y un después en la historia mundial de la humanidad. Constituyó un ataque en toda regla contra Estados Unidos, cuna de la democracia occidental y contra Nueva York, capital cultural y económica mundial.
Esta es la nueva guerra del siglo XXI. Una guerra que consta de un solo bando. El mundo contra el terror islamista.
El demonio y el mal se reencarnó en una persona: el gurú de Al Qaeda Osama Bin Laden que se convertiría en el hombre más buscado del planeta por el gobierno de Estados Unidos.
Los menores de 20 años no saben como era el mundo antes del atentado terrorista. A partir de esa fecha, surgió el miedo convertido en racismo y xenofobia contra los musulmanes. Hasta entonces, en nuestro país conocíamos el terrorismo en forma de coche bomba pero no cabía en nuestra imaginación que dos aviones se estrellarían contra dos torres.
Veinte años después, los talibanes mueven ficha tomando de nuevo el poder en Afganistán y nos mandan a la casilla de salida en el juego de la Oca. Esto supone un retroceso y la pérdida de libertades de los afganos, muchos se han visto obligados a huir de su país convirtiéndose en refugiados.
El 11 se convirtió en un número fatídico. El 11 de marzo de 2004 vivimos el atentado suicida en la estación de Atocha. Ya no estamos seguros en ningún sitio. Obreros y estudiantes humildes e inmigrantes que acudían a su trabajo o a la Universidad fueron las víctimas inocentes de esta masacre.
Y, el año pasado, el miedo vino en forma de virus: la pandemia del coronavirus que se ha cobrado la vida de millones de personas, sobre todo ancianos en residencias, en todo el mundo. Muchos hemos vivido en primera persona esta pandemia viendo como se marchaban nuestros mayores e, incluso, contagiándonos. Nos hemos vuelto más desconfiados. Ya no sabemos lo que es un abrazo. Mantenemos las distancias y nos hemos vuelto más fríos ¿El origen del virus está realmente en un mercado de Wuhan? ¿Pasó de un animal a una persona? ¿O se ha fabricado en un laboratorio? Sólo sé que los humanos somos los únicos depredadores capaces de destruirnos entre nosotros por el poder ¿China quiere ser la nueva potencia mundial y quitar el primer puesto a Estados Unidos? La verdad es que el gigante asiático ha crecido mucho económicamente. Es la lucha del Comunismo contra el Capitalismo. Tal vez asistimos al fracaso de este sistema.
«Después del 11-S y la pandemia, el sentido de futuro, que es tan esencial para los seres humanos, ha desaparecido» —dice el psiquiatra Luis Rojas Marcos en Televisión Española—. Nadie se plantea que va a hacer el año que viene. Ni siquiera mañana. Viven más que nunca el momento.

