Ha muerto la actriz y cantante Olivia Newton-John a los 73 años víctima de un cáncer de mama que venía arrastrando desde hace treinta años. Se sentía más cómoda como cantante que como actriz pero, tras protagonizar junto a John Travolta, la película Grease, le llegó el éxito que le catapultó a la fama. Se convirtió en icono de mi generación. Todas las adolescentes queríamos ser como ella, la imitábamos, puso de moda el pelo a lo afro.
La película Grease se estrenó en 1978. Algunos de mis compañeros de colegio la vieron varias veces gracias a que los cines por aquel entonces eran de sesión continúa. Confieso que yo no la vi porque a mis 13 años no me dejaban ir al cine todavía. Se aprendieron la coreografía de memoria, pero, como la han repetido cientos de veces en televisión, se ha convertido en un clásico.
Después, protagonizó la película «Xanadú«, pero ya no volvería a hacer ninguna película que superara el éxito de Grease. Ha pasado a la historia del cine como Sandy, protagonista de Grease. Ella hacía el papel de niña buena y modosita y John Travolta, de chulo guapo del instituto. Dos tipos típicos y tópicos que se repiten generación tras generación con los que tod@s nos identificamos. El típico tío malote que a todas nos gustaba y por el que suspirábamos pero, al enamorarse perdidamente de Sandy, se ablandó su corazón de duro.
La actriz mantuvo toda su vida su amistad con el coprotagonista de Grease, John Travolta, que ha publicado este lunes un mensaje lamentando su muerte en las redes sociales: “Mi queridísima Olivia, hiciste que nuestras vidas fueran mucho mejores. Tu impacto fue increíble. Te quiero mucho. Nos veremos en el camino y estaremos todos juntos de nuevo. ¡Tuyo desde el momento en que te vi y para siempre! Tu Danny, tu John”

