Nonú Iazabo y sus músicos han conseguido hoy con El sueño del Cid en la Junta Municipal de Usera que volvamos a vibrar y sentir la emoción después de dos años de pandemia. Se trata de un disco de música electrónica celta con reminiscencias medievales para contextualizar la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Iazabo compone música diferente y original.
Un ave augura el destino del Cid. Si la corneja vuela en diestra por Vivar, el Cid triunfará pero si va en siniestra, esta gesta en negro tornará.
El Cid deja a su familia en el Monasterio de San Pedro de Cardeña para mantenerlas a salvo. La pieza es un ostinato que recuerda el tañido de las campanas a clamor. El Cid avanza por las tierras castellanas hacia un horizonte lejano como esta pieza, lenta pero intensamente.
Dedica otra pieza a Babieca, el caballo del Cid.
No falta la pieza dedicada a Tizona, la famosa espada del Cid.
Una pieza de guitarra española encarna la leyenda del Arcángel Gabriel contando en sueños a Rodrigo lo que va a pasar.
Con la pieza Riepto, ante la deshonra y abandono de sus hijas, el Cid reta a duelo a los infantes de Carrión que son derrotados. Sus matrimonios son anulados y Rodrigo recupera sus espadas. Finalmente, Elvira y Sol son desposadas con príncipes.
En estos años de pandemia que nos ha tocado vivir, Iazabo dice que hay que ser resilientes, como el Cid, capacidad innata que tienen los héroes para resurgir de sus cenizas ante la adversidad. Y dedica esta pieza a todos aquellos que han padecido la covid o han perdido a alguien cercano.
El Cid representa a un vasallo considerado como de la realeza al desposarse sus hijas con príncipes. Esto demuestra que hay que luchar por los sueños, se puede llegar de la nada a lo más alto.
El concierto culmina con la voz del Arcángel Gabriel, en un sólo de piano que lleva al Cid al panteón de los ilustres de España:
«Cabalga Cid, buen Campeador,
Cabalga Cid, buen Campeador.
Qué nunca así, cabalgó varón.
Cabalga Cid, buen Campeador.
Qué nunca así, cabalgó varón».

