Las nubes y la lluvia no impidieron que, en la tarde de ayer, se celebrara en Madrid la manifestación conmemorativa del Día Mundial de la Salud Mental.
El lema de este año es: «Dale like a la Salud Mental«.
Un año más, después de dos años de pandemia, festejamos este día porque para nosotros es un día festivo coreando lemas como: «Menos discursos y más recursos», «Entre salud y dinero, la salud está primero», «Sí, sí, también te puede pasar a ti». Para perder la vergüenza que sentimos por culpa de los estereotipos que giran en torno a nosotros en la sociedad, nos hacemos visibles y salimos a la calle a manifestarnos.
Para romper el tópico de que las personas con un trastorno mental son agresivas o tontas (no tienen un cociente intelectual bajo). Ni son minusválidas ni discapacitadas, simplemente tienen unas capacidades diferentes, diversidad funcional.
Ni son disminuidos como reza el artículo 49 de nuestra Constitución. Pienso que, para cambiar los prejuicios y el concepto que tiene la sociedad sobre las personas con trastorno mental, habría que empezar por reformar este artículo. Las palabras son muy importantes. Una simple palabra puede cambiar tu vida, puede resultar discriminatoria, denigrante y humillante; bajar tu autoestima o, por el contrario, te puede ayudar a salir del pozo.
Las personas con un trastorno mental son más vulnerables y sensibles. Si hay que poner un nombre y colgar una etiqueta a esta enfermedad, yo la llamaría «síndrome de vulnerabilidad al estrés». Los cambios en la vida afectan a todos, pero a las personas con un trastorno mental, más, porque les cuesta salir de la rutina.
En el año 1991 un grupo de familiares de personas con trastorno mental crean la Asociación Salud y Ayuda Mutua (Asam), una entidad privada sin ánimo de lucro, ante la inexistencia de recursos por parte de la Comunidad de Madrid para atender las necesidades de estos pacientes cuando salen de un ingreso. La asociación ayuda a las familias y enfermos a integrarse en la sociedad mediante actividades y atención psicológica e inserción sociolaboral.
Conozco la asociación desde hace treinta años y mi experiencia ha sido muy positiva y gratificante. Al principio, ni siquiera teníamos un local dónde realizar actividades. El CRPS (Centro de Rehabilitación Psicosocial) Los Cármenes nos cedió sus instalaciones hasta que consiguieron un local propio. Esto ha demostrado, después de tantos años, que Asam lo forman las personas, aunque, en un principio, no contaran con los medios adecuados. Si hay voluntad de crecer y ayudar, se sale adelante.
Nunca he perdido el contacto con ellos. Me han ayudado a integrarme social y laboralmente. Aquí he conocido amigos y amigas que todavía conservo. Doy fe de que todos los trabajadores y trabajadoras que han pasado por Asam a lo largo de estos años son unos grandes profesionales.
Esta enfermedad no se cura sólo con medicación y atención psiquiátrica, también realizando actividades de socialización y aprendizaje, así como con atención psicológica y habilidades sociales.
La Fundación Asam creó el programa Primer Paso en el año 2016 cuyo fin es la atención y/o prevención de la salud mental en la población infantojuvenil. Está integrado por una serie de servicios que han tenido una repercusión más que positiva en los jóvenes participantes, consiguiendo evitar y prevenir situaciones de aislamiento, adicciones, depresiones, ansiedad, y disminuyendo el riesgo de conducta suicida, entre otros logros.
Como muy bien dice Bibiana, la directora de la Fundación Asam en una entrevista realizada por el programa La linterna de Ángel Expósito en La COPE a Ángel, a uno de de estos jóvenes usuarios: «Hay una asignatura pendiente que es la de las emociones. Desde pequeños nos enseñan una serie de cosas, pero no nos enseñan nada que tenga que ver con las emociones. Entonces, no estamos acostumbrados a frustrarnos. Te frustras y se te hunde el mundo. No, hoy te has frustrado porque no has conseguido lo que querías, pero mañana sí lo consigues o consigues otras cosas».
Entrevista del programa La linterna a Asam en el Día de la Salud Mental
Una persona puede ser muy inteligente pero no saber gestionar las emociones. Pienso que en el colegio debería existir la asignatura de educación emocional.
Entre los 15 y los 30 años es cuando suele aparecer el primer brote psicótico. Esta es precisamente la edad en la que más aumenta la depresión. Durante estos dos años de pandemia, los jóvenes han sido los que más se han visto afectados por la depresión.
10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental. Una de cada ocho personas en el mundo padece algún trastorno. «También te puede pasar a ti». La OMS estima que uno de cada cuatro personas sufriremos algún trastorno a lo largo de nuestra vida.
«Se sale, eh, y el caso de Ángel lo demuestra. Hoy tras seis años de lucha con un trastorno esquizoafectivo Ángel, gracias a profesionales como los psicólogos, los médicos, los colegas de Bibiana nos ha demostrado que, con ayuda, se sale», Ángel Expósito concluye la entrevista con esta frase.

