En las catacumbas de la librería el Trotajueves y no encuentro mejor forma que morir enterrados bajo una pila de cientos de libros, comenzó el escritor argentino Carlos Salem la presentación de esta edición de El Trotaverso el pasado jueves 25 de mayo, una de las actividades que tienen lugar dentro del Festival Cultural Cruza Carabanchel.
El año pasado decidimos hacer el micro abierto aquí en la librería para que la gente se atreva a cruzar el río.
Silvia Campos, que lleva siete años en Madrid, publicó su primer poemario «Soñar con canguros» en plena pandemia. Soñar con canguros significa que tienes que ser fuerte. Es un recordatorio para que estemos listos para saltar a nuevas oportunidades y para cambiar a nuevas realidades.
Hoy nos va a presentar algunos poemas de su libro inédito «Por qué yo para qué mi cuerpo» que tal vez esté publicado al día siguiente. Es una poesía intimista, según Carlos Salem.
No sé si es casualidad la coincidencia con el nombre de la escritora argentina Silvina Ocampo.
Según Silvia, aunque vive lejos de su tierra, sigue hablando de su infancia en sus poemas.
El abulense Diego Gutiérrez Sagüillo estudiante de Filosofía, que ha publicado su segundo poemario «Estos días azules«, a través de la plataforma Verkami por falta de recursos con ayuda de la editorial Hilatura ediciones.
Estaba metido en el grupo Andrómeda. «Eras la mascota ¿no? porque eres el más joven» -le dice Carlos Salem ironizando con la juventud del poeta.
«Lo he visto creciendo desde lejos. Yo diría que su poesía, si uno se atiene a lo formal, es muy triste, pero como yo lo conozco, como todo poeta es un magnífico farsante, pero miente muy bien».
«De la mascota de Andrómeda pasé más bien a La mancha de la penúltima. Unos chavales que se juntan para dejar de ser niños desde la palabra y compartir con amor -afirma Diego.
El segundo poema que recita es un juego a la letra «L». Este chico tiene algo que no se puede explicar con palabras y es que su poesía urbana y actual transmite y traspasa el alma.
Cuando leí el poemario «Hogares» de Escandar y encontré el poema «Amor» no pude más que coger su palabra «Amo como el que tiene castañitas asadas» y escribí este poema: «Hogueras«.
Después de escuchar a Diego dar ganas de abandonar la casa y echar los muebles a la calle.
La estrella invitada es el poeta Escandar Algeet, nacido en Palencia y afincado en Madrid, de nacionalidad sirio-española que se ha hecho famoso por sus publicaciones en YouTube.
Cuando llegó a Madrid comenzó a frecuentar ambientes literarios y círculos de poesía, dejando de lado el mundo de los rodajes. Conoció a otro poeta, Marcus Versus con el que fundó el Aleatorio bar. Comenzó a hacer videopoemarios acompañados de música y una obra audiovisual titulada Co-razones.
«Atahualpa Yupanqui decía que los hermanos no son los que te dan sino los que te encuentras, los que eliges o te eligen. Llevo ya con Escandar más de 16 años. Desde aquel primer libro «Alas de mar y prosa» hemos pateado todo el puñetero país no sé cuentas veces -comenta Carlos Salem.
«Somos niños jugando aquí. Mientras no suene la campana, seguimos jugando. El me enseñó una cosa, que no es obligatorio para ser un buen artista ser una mala persona. Tampoco si eres buen artista, eres buena persona. Trata de ser ambas cosas».
«Allá por donde vas lo revolucionas todo. Tienes una capacidad para avivar fuegos» -le dice Escandar a Carlos Salem.
Aquí va un resumen del poema titulado La risa fértil:
Es en la risa donde todo empieza.
Creo en el amor como una opción de ataque.
En el odio como primer atisbo de derrota.
En la bondad como único mediador humano.
Cuando separan a jugar del sexo.
Por dentro sigo siendo una guerra.
Nacimos enfermos
de una juventud que nos amenaza.
Mientras la ciudad en llamas,
mientras, la soledad en trincheras.
Juega.
La única victoria es que no haya perdedores.
Creo en la bondad,
como único mediador humano.
Si juntamos tu desnudez y la mía
¿Qué tenemos? ¿dos desnudos o un abrigo?
Elijo el amor como necesidad.
Todo lo demás me es en vano.
A continuación recita un poema corto dedicado a su madre «que es la que me enseñó los tres principios del poema anterior. Mi madre me enseñó dos cosas muy importantes: que no existen los buenos tontos porque la bondad es un signo de inteligencia y la segunda cosa es que la mejor manera de luchar es cuidando».
Cuando terminan su intervención, Carlos dice que vamos a hacer una pausa para hacer pis y fumar los que fumen. Y para que nos apuntemos los que vamos a participar en el micro abierto.
Carlos me presenta diciendo que fui la primera que se apuntó.
—Bueno, lo mío es escribir. Esto no es lo mío. Tengo miedo escénico.
—Eso se quita después de unas cuantas cervezas -recalca Carlos.
—Voy a recitar unos poemas del primer libro que he autopublicado que se titula La trapecista. Ahora no voy a explicar por qué.
Se nota que estoy un poco nerviosa.
—Esos son los primeros veinte años —dice Carlos.
—No creo que viva tanto.
Cuando termino, Carlos me da las gracias y me pide que explique en diez palabras por qué titulé al libro La trapecista.
Me vuelvo explicando el por qué del título y me dice Carlos.
—He dicho diez palabras y ya van cuatro.
—Es que yo hablo mucho. Yo iba a un taller de poesía y el profesor, que era muy buen psicólogo, nos encargó un poema en función de la personalidad de cada uno. A mí me encargó un poema sobre una trapecista que vivía feliz en su trapecio y no quería bajar a la realidad.
Si quieres, lo leo ahora.
—No, al final, porque hay más participantes y no terminamos nunca.
—Es que tengo un poco de prisa.
—Bueno, si es breve, léelo.
Al final, como decía mi jefa la catalana, siempre me salgo con la mía.
Cuando termino, dice Carlos:
—Muy bien. Yo en octubre hace siete años que dejé de fumar, pero me gustaría fumar lo mismo que fumó Maribel para escribir así de bien.
—Si te digo la verdad, no necesito fumar nada para escribir así.
Daniel Mustieles, vecino de San Lorenzo de El Escorial presenta Pajarografía, su segundo poemario lleno de metáforas atrevidas.
Como dice el propio autor «en algún momento, este libro se llenó de pájaros y de lluvia». Tal vez fuese esa lluvia la que le salvó de morir ahogado.
Isa Espi, vecino del barrio, nos recita sus poemas llenos de juegos de palabras que no por ello tienen menos mérito.
No es tu amigo, si el peor enemigo,
Tu sabes bien por qué te lo digo,
ese que siempre va contigo,
en modo alguno es tu amigo.
Sí, tu peor enemigo.
Ni fue ni es ni tampoco será tu amigo.
Pero lo nuestro es pasar. Ya lo decía Antonio.
A continuación, interviene otra vecina del distrito de Carabanchel: Luisa Echevarría.
Juanma Wifly, una mezcla entre Internet y mosca en inglés -le dice Carlos bromeando- recita el poema titulado Arándanos.
El segoviano Camilo de Ory, poeta, narrador y articulista que pasó su infancia y juventud en Málaga y después se radicó en Madrid, recita un poema titulado Era la anatomía con su fina ironía y humor negro y otro sobre el portero que no teme al penalti.
Jamás teme un portero su penalti.
Tiembla el otro fulano,
el que juega a las cartas con sus pies.
El siguiente poema «viene a hablar de que al final todos estamos hechos de lo mismo. Se llama Naturaleza social«.
Porque señora está usted hecha de células igual que yo y el perro.
Abráceme señora.
Somos dos barcos de igual madera a la deriva.
La célula entre dos, entre el cemento,
que da forma al mayor y al diminuto.
Y el colofón a esta magnífica velada poética lo pone el maestro de ceremonias Carlos Salem.
«Durante mucho tiempo he vivido cerca de la plaza Mayor. Me gusta, pero ves la mierda que hay en esos sitios».
Me sorprende. Esa fina ironía que, a veces, raya el cinismo, esconde a un hombre que transmite sensibilidad y profundidad en sus poemas.
Madrid es una luciérnaga apagada.
La ciudad no sólo llora cuando llueve.
Envidia de alas.
Esta envidia de alas
no lleva a ninguna parte
pero viene de ningún lado.
Donde empieza el hombre,
acaba siempre el pájaro.
Por último, recita Un poema. Según el autor, no se ha esmerado mucho en el título.
Sueño un poema diminuto
para que te sirva de casa o de paraguas.
Un poema invisible
para que nadie más que tú lo lea
y más que tú, lo olvide.
Poemalo que te recuerde los momentos buenos.
Un poetriste que te haga sonreír.

