En un lugar oscuro de Nueva York un hombre caminando a través de una puerta bajo el tren elevado, una tapa de alcantarilla en la estación de tren de Saratoga en primavera.
Una niña corriendo al lado de los coches de la Gran Vía Blanca.
Círculos concéntricos donde se esconde el alma de Nueva York, mientras un cocinero cocina comida rápida en el lado Este.
En la esquina de Saratoga un muchacho me guiña del ojo.
Manifestantes en una marcha de apoyo a la Unión de campesinos en una concentración en apoyo de los trabajadores agrícolas.
Mientras Nancy escucha jazz en la gramola sentada sobre un coche hablando con amigos.
Esta exposición, que se puede ver en la Fundación Mapfre hasta el 27 de agosto, constituye la mayor retrospectiva que se ha realizado hasta la fecha del fotógrafo estadounidense Louis Stettner (1922-2016), cuya obra no ha sido valorada como se merece. Organizada de forma cronológica, presenta más de ciento noventa fotografías que recorren toda su trayectoria, incluyendo algunas imágenes inéditas y parte de su obra en color, casi desconocida hasta ahora.
La obra de Stettner abarca multitud de temas, desde entornos urbanos hasta trabajadores yendo viniendo de sus trabajos. De entre todos ellos, he escogido las fotos realizadas en la estación de tren de Penn Station, las de Nancy, una joven representante de la generación Beat con la que pasó unos días, atraído por el cambio cultural que representaba, de una manifestación de trabajadores del campo y la de dos pescadores ibicencos.
En 1950 Stettner regresó a Nueva York desde París y se dedicó a fotografiar en Penn Station desde el exterior de los trenes escenas de viajeros que iban y venían de sus trabajos. Las ventanas de los trenes y las imágenes desenfocadas denotan que se asoma a un espacio íntimo cerrado. Las escenas demuestran la capacidad del fotógrafo para captar la personalidad y las emociones de sus personajes.
Stettner fue un marxista toda su vida. El compromiso con el proletariado y la clase obrera coherente con su oposición al marxismo. He escogido también algunas fotos de una manifestación de campesinos en Nueva York. Para el las personas comunes eran las protagonistas de sus fotografía.
En 1956 acompañó durante dos días a los pescadores ibicencos Pepe y Tony en su jornada diaria de pesca. Se trata de pescadores que luchan y trabajan duro. La composición de las imágenes presenta un encuadre fragmentado de los pescadores realizando sus faenas de pesca, lo que refleja la cercanía del fotógrafo en la pequeña embarcación. Pero Stettner optó por mostrar su individualidad y dignidad humana

