Regreso a los días azules

Regreso a los días azules

Y al sol de mi infancia (Antonio Machado).

Recuerdo las risas de los niños

jugando por la noche en la plaza.

Regreso a los días azules

donde todo era más sencillo,

donde el tiempo se detenía

y el mundo era sólo mío.
Regreso a los días azules.

Vuelvo a recorrer las calles del pueblo

que evocan mis recuerdos.

A pisar las piedras que guardan secretos.

Salgo de mi casa a la calle de la Soledad.

Llego a la plaza de mi pueblo

coronada en el centro por la farola

que ha alumbrado procesiones y verbenas.

Enfrente la vetusta iglesia

y la ascética torre presidida por la campana.

Caminando llego a la fuente vieja

de cuyos caños mana agua a borbotones.

En este paseo siempre me encuentro

con algún paisano

con el que cruzo dos palabras,

suficientes para alegrarme el día

y no sentirme sola.

Es la gente que me vio nacer y crecer.

Son mis raíces.

Llego al bar donde me espera

una deliciosa taza de café

en la calle de don Pedro Ayuso,

que emigró a Chile en su juventud,

Y regresó con una fortuna

con la que compró los bancos de la iglesia

y plantó las acacias de La Calzada.

Con qué poco soy feliz.

Regreso a los días azules

donde descansan mis padres,

que se deslomaron y dejaron las manos

en estas tierras para traer el pan a casa.

Regreso a los días azules

y aunque el tiempo haya pasado

siempre llevaré conmigo

ese lugar donde viví mis primeros años.

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