Fue todo un lujo disfrutar de la actuación de María Ruiz el pasado sábado en la plaza de Valdesaz, dentro de las actividades de la semana cultural que organiza la Asociación El Sauce cada verano en la primera semana del mes de agosto. Este evento se ha convertido en un punto de encuentro cultural fundamental para la comunidad, atrayendo a numerosos asistentes interesados en disfrutar de diversas manifestaciones culturales y ecológicas.
Y el ambiente se encendió como una mecha de dinamita cuando interpretó el poema de Miguel Hernández dedicado a Rosario, dinamitera. La emoción en el aire era palpable; el público estaba cautivado por la profundidad de sus palabras y la maestría con la que las recitaba. La voz de María resonaba entre los muros de la plaza, creando una atmósfera mágica que transportaba a todos los presentes a la época del poeta.
Según iba transcurriendo la noche, la cantautora alicantina, afincada en Madrid desde hace diez años, consiguió contagiarnos su alegría y meterse al público de Valdesaz en el bolsillo con su simpatía y cercanía.
María destacó que, mientras en Madrid habían alcanzado casi cuarenta grados, aquí disfrutamos de un microclima de 25 grados.
María dedicó la canción Tu nombre a las mujeres de su familia tan importantes en su vida.
Y, para finalizar, cantó Volver inspirada en la canción de Carlos Gardel que decía que veinte años no es nada, una poderosa reflexión sobre el paso del tiempo que resonó en los corazones de todos los presentes.
Y, como broche final, su emblemática canción Viento madera, que coreaban los múltiples amigos que vinieron a acompañarla en esta noche tan especial, llenando el ambiente de una energía vibrante y nostálgica. Y es que, a veces, en las plazas pequeñas se gestan las grandes hazañas, pacíficas y musicales como ésta, donde la música trasciende el espacio y el tiempo, y cada acorde cuenta una historia, una historia que refleja las vivencias de generaciones enteras.

