LLEGÓ LA NAVIDAD

Esta es la primera Navidad que faltas. Una silla más vacía en torno a la mesa. Se te extraña. Podría decir que tengo ganas de que se acabe este maldito año pero no voy a decirlo. Doy gracias porque soy así gracias a mis progenitores, porque tengo un plato que llevarme a la boca, porque no me he quedado sin trabajo, por la gente que se ha ido y por la que ha llegado a mi vida. Porque tengo familia y amigos que me aprecian.

Doy gracias a los trabajadores del centro de día y a los sanitarios del hospital que cuidaron a mi madre. Doy gracias por los amigos y conocidos que superaron el covid. Porque no soy la única que no se reunirá con más familiares. Es una noche más. Antiguamente, era la única época del año en que se reunían las familias. Ahora nos podemos ver en cualquier ocasión.

Me acuerdo mucho de los que faltan, de los que vuelven a su casa por Navidad, de los camioneros que se han quedado atrapados a mitad de camino entre Reino Unido y España sin poder cenar en Nochebuena con sus familias por culpa de la nueva cepa de covid, de los que no tienen hogar y no cenarán un plato caliente esta noche, de todos los voluntarios que alegran la Navidad a los que viven en residencias y a los más necesitados.

Me acuerdo de los ancianos que pasarán estos días solos en las residencias sin que sus familiares puedan visitarlos. De todos los que se sienten solos en estas fechas pero no me quedo con la palabra SOLEDAD sino con la SOLIDARIDAD que es la que da sentido a nuestras vidas en estos días.

El covid nos ha vuelto más egoístas y nos ha deshumanizado pero, en Navidad, nos volvemos todos un poco más humanos. Porque eso es lo que nos hace ser diferentes de los animales, la humanidad. La empatía hacia los demás, la capacidad de emocionarnos, de sentir.

Me acuerdo de los niños que han venido al mundo durante la pandemia. Son un regalo de la vida. De la primera nieta de mi amiga Loli que ha nacido en vísperas de Navidad. Se llama Alba, como la luz del día, como la estrella que alumbra el camino a Belén. De mi prima Inés que nos dejó en Enero pero en septiembre nació otra Inés, la primera nieta de mi prima Esperanza.

Esta noche he preparado la cena un año más como me enseñó mi madre porque seguro que ella quiere ver allá dónde se encuentre, que soy capaz de defenderme sola y seguir adelante. Porque la vida sigue. Y tengo esperanza en el año nuevo, el año de la vacuna, de la salida de esta crisis sanitaria y económica que nos asola. Veo luz al final del túnel.

Mamá te dedico esta canción de José Luis Perales, tu cantante favorito. Haz en el cielo un altar porque llegó Navidad. Va por ti Felicidad. Paz y amor ¡Feliz Navidad a todos!

Deja un comentario